Uno de los cuentos más celebrados de la historia de la literatura ha sido La piel de zapa, de Honoré de Balzac. En este relato su autor establecía el conflicto entre una vida intensa pero breve o una larga existencia. Esta sugerente dicotomía es la que ha inspirado a los creadores de Piel de Zapa, un nuevo sello editorial.
Piel de Zapa acaba de salir al mercado contra viento y marea. Conscientes de esa marea agitada, pretenden abrirse camino con decisión e ilusión. La apuesta de este sello es rescatar aquellas obras clásicas que merecen pervivir en el tiempo y leerse no como meros clásicos, sino como libros que tienen vigencia a la luz del siglo XXI. Pero como no sólo de clásicos vive la literatura, Piel de Zapa apuesta también por descubrir nuevos valores como Juan Vilá que irrumpe con M, su ópera prima. Se trata de una novela cuanto menos original y diferente. Extraña si se quiere, pero capaz de atrapar al lector desde el principio. Una obra radical y rabiosa que está destinada a convertirse en obra de culto.
En esta puesta de largo también resurgirá Virginia Woolf con La habitación de Jacob, un libro que desde hace tiempo estaba descatalogado y que Piel de Zapa quiere devolver a las estanterías para acercarlo de nuevo a los lectores. Se trata de la primera irrupción de Woolf en el modernismo con un relato ambiguo y desestructurado, construido alrededor de una ausencia.
Estas son las dos primicias. Vendrán más títulos y lo harán de la mano de escritores consagrados como Roberto Arlt, Thomas Wolfe o Robert Musil, porque Piel de Zapa defiende, sencillamente, la literatura de calidad.
En el cuento de Balzac la piel mágica de Zapa se agota con cada deseo, pero la editorial está convencida de que vale la pena poner todas las energías en esta nueva andadura. Larga vida, pues, a los libros y a quienes apuestan por ellos.
Sara Roma,
Literaria Comunicación 